La Comunidad Cristiana
La Comunidad Cristiana

El cristianismo es la religión basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesus de Nazareth que estan recopiladas en el antiguo y nuevo testamento. La comunidad cristiana son un conjunto de personas que viven su vida bajo la religion de Dios, creador y dador de vida. En donde su hijo Jesús dio su vida por nosotros y resusitó al tercer día.
Con los años y la evolución de la humanidad, el cristianismo fue tomando forma y adaptándose a las necesidades humanas, que en su momento no compartían un mismo pensamiento por lo que el cristianismo se dividió en varios grupos de creencias:
- Católicos: fuertemente ligados a la iglesia y el vaticano.
- Cristianos ortodoxos: independientes de Roma.
- Iglesia griega: descendientes de Moscù y cuya base se encuentra en constantinopla.
- Protestantes: practicantes de la libre interpretación de las escrituras
- Anglicana: cuyo máximo poder es la Reina de Inglaterra y separada de la iglesia catòlica desde 1529 por el Rey Enrique VIII.
Jesús garantiza su presencia
en la comunidad, si ésta lo es ‘en nombre” suyo. Por lo que la comunidad
cristiana mantiene continuidad de la presencia del Resucitado en cada
generación. Por lo que la comunidad se compromete a mantener ‘la actividad de
la fe, el esfuerzo del amor, y la firme esperanza.
Para entrar en el
Reino hay que tener el corazón de un niño, saberse en manos de Dios. Ello
genera una confianza radical en Dios y una dependencia filial de Él, a la vez
que excluye, de la relación comunitaria, considerarse más importante que otros,
o bien evitar altanerías y autosuficiencias frente a los hermanos,
particularmente los más sencillos. Lo que se conoce como acogida del reino.
La unión fraterna es
uno de los factores más difíciles de alcanzar. Ya que representa una meta de
toda la comunidad. De sentir todos con un solo corazón y una sola alma.
La unión fraterna se
expresa en la unanimidad que se expresa en la búsqueda de un consenso común, en
la armonía comunitaria, en la paz con todos; no porque no existan disensiones o
incluso conflictos, sino porque, más allá del conflicto, todos se saben
igualmente llamados al servicio de un único Cristo. Por lo que representa obrar
bien con todos y evitar el mal.
Las comunidades
cristianas, aunque perseguidas por las autoridades judías o romanas, gozaban de
aprecio entre las clases populares: ‘eran bien vistos por todos’, generaliza el
autor de Hechos. Fueron simplemente un ‘signo’ para mucha gente.
Al final de nuestro recorrido la comunidad apostolica nos aparece como
sacramento de la presencia del Resucitado, que acoge la presencia del Reino con
un corazón de niño; que vive en continua fidelidad al Evangelio, con unión
fraterna y solidaridad entre sus miembros, acogiendo a los forasteros,
respetando a los débiles, corrigiendo a los caídos, y perdonando a todos; que
se reúne asiduamente para la fracción del pan y para la oración; que soluciona
sus conflictos con el diálogo que busca el consenso; que respeta a los
dirigentes y se mantiene fiel en la tribulación; que testimonia la Resurrección
con signos eficaces que la hacen significativa en su ambiente.

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